viernes, 30 de marzo de 2012

martes, 21 de junio de 2011

Conclusiones

El contexto en que Nahúm Zenil inicia a pintar es sumamente complicado: la crisis del sida que refuerza los estigmas contra homosexuales en los 80, aunque curiosamente es cuando se promueven eventos culturales y artísticos lésbico-gays, procesos fuertes de cambios económicos, políticos y sociales en el país, su historia personal y la búsqueda de un espacio en este mundo, lo incitan a crear pinturas con un juego de elementos lúdicos, personales, apegados a la construcción de la mexicanidad, irreverentes y rebeldes ante muchas instancias e instituciones culturales.

Nahúm B. Zenil, propone en su obra la apertura de nuevos discursos estéticos, en relación al contenido y la temática, partiendo del autorretrato como eje y referencia para todas sus pinturas. Zenil es provocador, luchador, imaginativo, soñador, introvertido y creativo, o al menos es la sensación que me deja mirar sus pinturas. Sus creaciones contribuyen de forma esencial a la construcción de referentes históricos, sociales, culturales, políticos y económicos en los acontecimientos del México contemporáneo, que se distingue por la diversidad y riqueza de los lenguajes artísticos.




Zenil es indudablemente un talento mexicano con una propuesta impactante, que si bien resalta la composición, los elementos y la iconografía de su obra, la subversión que manifiesta al representar los temas que le importan sin detenerse en los discursos moralistas, provoca en los espectadores el gusto o disgusto por la obra, evitando la neutralidad ante los temas tratados. Al apropiarse y resignificar elementos relacionados al imaginario cristiano católico, la diversidad sexual, referentes nacionalistas, entre otros, genera una hibridación compleja de imaginar, pero fácilmente creada por él en sus cuadros.

Los efectos de la pintura de Nahum B. Zenil.

A pesar del reconocimiento y respeto que se ha generado a la obra de Nahum B. Zenil como representante del neomexicanismo, la fuerza de sus representaciones, el talento indudable y lo polémico del contenido temático en sus pinturas, ha tenido también críticos que lo han desacreditado duramente como Edwina Moreno. En el ensayo de Edwina Moreno Guerra, titulado “La obra de Nahum B. Zenil: una aproximación a la pintura pornográfica y obscena”, la autora crítica tajantemente la exposición: “El gran circo del mundo” de Zenil que se dio en el Museo de Arte Moderno en la Ciudad de México en 1999, usa locuciones como “experiencia escatológica y pervertida”, ”nos obligaba a entrar para salir del hartazgo obsceno y hasta repugnante”, “el gran circo del mundo el artista mostraba públicamente sus reiteradas perversiones sexuales”, “grotescos retratos”, “los cuadros de Zenil no provocaron morbo, tal vez únicamente nos reflejaron “el fin de la ilusión, la pérdida brutal de lo imaginario, del deseo y la seducción propias de la obra de arte a otras etapas históricas y culturales, obras pródigas de sentido y compromiso, de emotividad y susceptibles de conmovernos, imágenes pletóricas de metáforas y formas expresivas, ricas y plenas de forma y contenido”. Al parecer la autora desconocía u olvidó las representaciones antiguas del culto fálico o la fertilidad que mostraban los órganos sexuales, también las expresiones griegas, japonesas, mayas, etcétera, que muestran de forma explícita los actos sexuales y la diversidad de los mismos, de los cuales existen diversas fuentes, materiales bibliográficos y obras expuestas en distintos museos del mundo que demuestran una vasta cantidad de representaciones sexuales.



En otro momento, en el 2005, cuando se hizo un homenaje a su obra en el Museo Universitario del Chopo, que se da cada año conforme a la Semana Cultural Lésbica Gay hoy en día Festival Internacional por la Diversidad Sexual, en una entrevista con el director general del evento Salvador Irys declaró “se intentó evitar la exposición de una obra de Nahum B. Zenil, en la que se mostraba la bandera de México, en donde el mástil funcionaba como un objeto de satisfacción sexual mediante una penetración anal (fig. 27), el gobierno quiso evitar que se mostrara la pintura, siendo que la homofobia también se presenta a través de la censura” , es importante recordar que en México existen leyes que protegen los símbolos patrios en este sentido, lo que contravendría con la libertad de expresión, sin embargo lo evidente es que existe un fuerte discurso subversivo en esta obra por parte de Zenil, ciertamente es un caso polémico, ya que resultan contradicciones y posicionamientos al emitir un juicio con respecto a esta pintura en especial. Por un lado Zenil puede ser tomado como un rebelde anarquista en su sexualidad y hacia su patria, pero por el otro es un juego abanderado mediante las inocentes y peligrosas prácticas estéticas, cuando se atenta contra la valoración a símbolos sacralizados por el Estado.



Estos dos ejemplos, nos muestran lo polémica, subversiva y particular propuesta de Nahum B. Zenil en los lenguajes artísticos del México Contemporáneo, un amplio espectro creativo que fusiona lo popular, lo personal, lo sexual y lo rebelde en un juego lúdico.


Influencias y tendencias en la obra de Nahum Zenil.

La influencia más sobresaliente proviene del psicoanálisis y el surrealismo. Al respecto Nahum Z. relata:

“Muy al principio de mi carrera tomé como tema de mi obra mi propia vida y, por eso, el autorretrato constante. Es una necesidad de introspección, de liberarme de una serie de conflictos, de cuestiones psicológicas. Estuve en tratamiento psicoanalítico hace unos buenos años, no me acuerdo cuántos. Lo suspendí y continué por mi propio esfuerzo tratando de analizarme, de encontrar las causas de tal o cual experiencia o sentimiento”.

Se trata entonces de una continua introspección que el autor hace, lo cual justifica los autorretratos, siguiendo un estilo muy parecido al de Frida Kahlo con la cual se le ha comparado muchas veces.

Respecto a las comparaciones con Frida Kahlo, es evidente que la obra de Kahlo tiene una fuerte influencia y preponderancia. Zenil no niega estos nexos, por lo contrario, Sonia Melara argumenta que: “Zenil siente especial identificación y fueron otras personas quienes comenzaron a relacionar la obra de ambos, aun antes de que el mismo artista lo hiciera […]

En 1983 realiza “Con todo respeto”, en la cual aparece Frida rodeada de Zenil y su amigo Gerardo, y en 1991, “Frida de mi corazón” ”. Es necesario destacar que Nahum B. Zenil no es el único que retoma la vida y obra de Frida, su influencia ha sido fuerte, constante e incluso transfronteriza; artistas feministas, chicanas, entre otras, la han tomado como un referente y modelo:
“la vida y la obra de Frida Kahlo proveyó el modelo introvertido: dolor y fortaleza, la sublimación del yo en el arte […] Su arte no sólo era de gran belleza e interés, no sólo incorporaba o absorbía la imaginería precolombina y folclórica de México […] (introdujo) el detalle minucioso, el exuberante uso de formas vegetales, la fusión de lo precolombino con lo moderno y el uso de la modalidad del autorretrato”.



Zenil manifiesta las características mencionadas, la introspección mediante el autorretrato, la hibridez de lo antiguo con lo moderno y el uso de formas vegetales, sin dejar de lado que tanto Frida como Zenil, tuvieron un fuerte referente en los exvotos, pinturas que se han utilizado como una forma de ofrendar y agradecer en el imaginario del catolicismo. Otros artistas que injieren en el imaginario iconográfico de Zenil, son Goya y Mantegna.

A partir de la temática iconográfica como se ha mencionado anteriormente y respecto a los signos que se reconocen en el imaginario colectivo como “mexicanos” propiamente dichos, se alinea a Zenil con una corriente que se genera después de los 80: el neomexicanismo. Sonia Melara, explica al respecto “Asociado con los llamados Neomexicanistas —el grupo de artistas que comenzaron a destacar en la década de los ochenta, entre ellos, Dulce María Núñez, Rocío Maldonado y Julio Galán— Zenil sólo tiene un punto en común: sus fuentes del arte popular mexicano” . Es importante abordar el tema del arte popular mexicano en este apartado, pues pintoras y pintores mexicanos, entre ellos Nahum Zenil, han retomado esta línea estética conformando una especie de renacimiento de las raíces mexicanas que se implementaron a través de las artes plásticas con sentido nacionalista aunadas al muralismo mexicano a principios del siglo XX.




Esta práctica ha sido tanto reverenciada como criticada, pues algunos afirman que el tema ya se ha agotado, mientras que para otros es la construcción de un imaginario que exalta la cultura mexicana. Carlos Alvear afirma en relación a la pintura de caballete de artistas mexicanos: “hay sin lugar a dudas, una cierta tendencia bastante generalizada al arraigo de temas tomados de la realidad nacional”. Ejemplos como el paisajismo, los referentes del arte popular, las expresiones cotidianas, etcétera, tienen una gran influencia en el contenido de las pinturas de los oriundos mexicanos. También es necesario recalcar la importancia de estos temas abordados en la pintura con respecto a la particularidad de México y su diferencia con otros países latinoamericanos pues: “en un país como México, que contaba con una rica tradición de arte popular y arte semiculto. En otros países tal base no existía y por lo tanto quedaba en el aire cualquier intento por reclamarse de una instancia similar”. Lo cual colocó a México en una fuerte tendencia hacia los valores reconocidos como folclóricos, que se han convertido en una fuerte inspiración y remarcada línea de producción pictórica. El neomexicanismo y la obra de Nahum Zenil, son por tanto producto de estas manifestaciones estéticas.

Como ya se ha reiterado, Nahum Zenil ha retomado de forma central la sexualidad y su orientación como un pretexto para crear obras que presentan abiertamente esta temática: “las pinturas de Nahum B. Zenil dejan ver la complejidad de su mundo creativo y la intención sutil que hace de la homosexualidad a través de signos que incorpora como parte de una simbología muy personal que expresa su propia realidad”. Zenil busca a través de sus pinturas dialogar con aquellos que tienen contacto visual con su obra, un diálogo de reivindicación acerca de la diversidad sexual. Es necesario recordar que la obra del pintor empieza a tener resonancia en los 80, cuando se da la crisis del SIDA en Estados Unidos y se originan los mitos que ven en la homosexualidad como uno de los problemas que ha traído la pandemia del SIDA. También en estos años se acrecienta la lucha del movimiento gay en el mundo a causa de la represión y como resonancia de la revolución cultural de los 60s y el posterior movimiento feminista. Zenil es un baluarte de la representación pictórica con temática abiertamente homosexual en México.

Iconografía y descripción plástica de la obra de Nahum Zenil.

A primera vista, en las obras de Nahum Zenil podemos percatarnos de una paleta de colores que van desde los ocres, variantes de rojos, rosas, diferentes tonalidades de blanco y un uso de las sombras muy peculiar, pues nunca intenta llegar al realismo en sus pinturas. Cabe señalar que el verde y el azul no son colores que resalten en sus producciones, sino que aparecen de forma muy tímida y escueta, casi imperceptible.

Si pudiéramos estar en una sala tapizada de las pinturas de Zenil, nos percataríamos de inmediato que el manejo de la sexualidad como parte del contenido es explícito y constante, pues muestra de forma abierta y tajante su orientación sexual. Jaime Álvarez al respecto explica “(Nahum Zenil) es de los artistas plásticos más importantes de México. Es característico por su obra auto retratista, nos muestra de manera abierta su homosexualidad, tan rechazada en México, y su manera tan personal de vivir su propia sexualidad” . Es común encontrar en las obras de Zenil, relaciones directas sin ningún fingimiento de la sexualidad masculina y la representación explícita del pene (fig. 1, 2 y 3). Luis Morett declaro al respecto del erotismo y la sexualidad de la que hace gala el autor: “En la obra de Zenil destaca la capacidad para sintetizar, a partir de su propia vida, las inquietudes del alma avasallada por los prejuicios de la norma, develando la esencia que engarza religión con erotismo, virtud con transgresión, mito con historia” .






Bajo esta línea de la representación de su orientación sexual (fig. 4, 5 y 6), donde ciertamente manifiesta sin ningún disfraz u ocultación su afinidad genérica, no se puede reducir como la esencia del complejo imaginario iconográfico que Zenil plasma en su obra.






Zenil implementa en sus pinturas el manejo de la niñez y los vínculos con la idea de familia, en los cuales con su tendencia autorretratista se manifiesta como el protagonista; mujer u hombre adulto, niña, niño, adolescente, virgen o simplemente todos los rostros de los personajes son él mismo (fig. 7, 8 y 9). Referente a los autorretratos y el protagonismo evidente en sus pinturas “Nahum B. Zenil comenta que en su obra predominan el gusto y el placer, aunque haya algún resabio de dolor. Sin embargo, admite que en su producción pictórica él es el personaje central y casi único” .





Uno de los temas alusivos en la obra de Nahum Z. es el nacionalismo. Representado mediante la utilización de símbolos patrios como la bandera y sus colores específicos o bien el arte popular mexicano, caracteres por lo cual ha sido alineado a la corriente del neomexicanismo como Julio Galán, Germán Venegas, Rocío Maldonado y algunos más.





Anexo las imágenes de las pinturas que contienen el uso de banderas (fig. 10 y 11), juguetes tradicionales mexicanos (fig. 12) y el uso de los arquetipos tradicionales de las calaveras de Guadalupe Posada (fig. 13).




Al respecto del contenido de lo “mexicano” Morett Alatorre explica “El sustrato de la iconografía, tan personal como mexicana, inconfundible, junto con su enorme y ensimismado talento, han hecho de Nahum B. Zenil uno de los más destacados creadores del arte contemporáneo de México” . Jaime Álvarez agregaría al respecto: “En su plástica encontramos raíces del arte popular mexicano, ya que su obra está llena de elementos populares –máscaras, los colores, las flores, sillas rústicas, marionetas”.
Las temáticas iconográficas de la obra de este autor también abarcan la temática religiosa, donde destaca la virgen de Guadalupe (fig. 14), el niño dios (fig. 15)




ángeles (figs. 16, 17 y 18)





o alusiones a las figuras sacralizadas del cristianismo católico (figs. 19, 20 y 21). Es interesante como logra hacer dialogar y sincretizar los íconos del cristianismo con el tema de la sexualidad. Al respecto Zenil declara: “la religión y el erotismo van muy de la mano en mi obra. Yo creo que son dos de las cuestiones que más me ha interesado” . De esta manera Zenil busca desintegrar el rechazo religioso por la diversidad sexual, mediante la politización de sus temas, transgrediendo en sus obras la lucha entre la moral religiosa y el placer sexual.





Otra cuestión abordada en el ámbito religioso y que merece un apartado especial es la representación pictórica de San Sebastián, sumamente explotada por los artistas homosexuales que tratan el tema de género. Este santo es un rebelde en el Imperio Romano, mártir del catolicismo, estereotipo de belleza masculina y piedra de tropiezo que incita al camino del pecado a las monjas, icono sadomasoquista y afiche gay, al respecto María Gainza explica:

“San Sebastián, un baby-face de torso desnudo y piel blanquísima que, atado a una antigua columna, se retuerce como un alambre mientras las flechas se hunden en su carne. Desde el Renacimiento hasta el siglo XX –cuando se irguió como santo patrono de la comunidad gay–, la imagen fue explorada por los artistas como excusa para una investigación sobre la anatomía humana (su iconografía construyó e inmortalizó una nueva belleza masculina) y, a la vez, como símbolo de la agonía y el éxtasis […] Y lo más curioso es que este icono homosexual emerge desde el corazón mismo del cristianismo, el antagonista histórico y más feroz del deseo entre personas del mismo sexo”.

El fenómeno iconográfico que se genera como un juego dentro de la apropiación de símbolos en relación a San Sebastián y la representación de Nahum Zenil (fig. 22, y 23) no es nueva, esto ya había ocurrido con el mito de Zeus y Ganimedes que relataba el rapto de un joven príncipe troyano por parte del dios griego para hacerlo copero de los dioses y su amante. Existen una numerosa cantidad escultórica, fotográfica y pictórica con este hito. Posteriormente la representación pasó al cristianismo al evocar a Zeus con su animal definitorio; el águila, pasando al cristianismo como una representación de la salvación del alma. Sin embargo su alusión fue sumamente utilizada como un código secreto para significar el amor entre dos hombres a lo largo de la historia del arte. Es el mismo efecto que ha pasado con San Sebastián y por lo cual Nahum Zenil lo retoma en su trabajo estético, sumándose al reconocimiento iconográfico como homosexual declarado.




Otra representación que cabe destacar y que tiene un peso muy fuerte en la producción de Nahum Z. es la incautación de la figura de Frida Kahlo (fig. 24, 25 y 26), que aparece como un referente de admiración y respeto. Cabe mencionar que todo indica que las múltiples representaciones de los corazones que existen en las pinturas de Zenil, es una expropiación simbólica de este elemento pictórico de las creaciones de Frida Kahlo, que a la vez parecen ser inspiradas por el “sagrado corazón de Jesús”.



Nahum Zenil, unas pinceladas de su vida.


Nahum Zenil nació el 1 de Enero de 1947. En la historia oficial del Ayuntamiento de Chicontepec , Veracruz. Zenil es registrado como uno de los personajes reconocidos y valorados del estado, siendo un pintor que ha expuesto en varios países de América y Europa, originario del poblado de Tecomate. Según el registro de Arte Actual Mexicano se informa que Nahum Zenil se graduó en 1964 de la Escuela Nacional de Maestros y en 1972 de la Escuela Nacional de Pintura y Escultura “La Esmeralda”, INBA, aunado a su trabajo de poesía.

Su primera exposición individual está registrada en 1974 en la Galería José María Velasco, INBA, México, D.F., Museo Carrillo Gil en 1982, la exposición Yo también soy mexicano en el Museo de Arte Moderno, INBA, México, D.F. en 1983, Marie Anne Martin/Fine Art, Nueva York, E.U.A. en 1988, NAHUM B. ZENIL: WITNESS TO THE SELF/ TESTIGO DEL SER. The Mexican Museum, San Francisco, California, E.U.A., “Nahúm B en 1996, EL GRAN CIRCO DEL MUNDO. Museo de Arte Moderno, INBA, México, D.F., NAHUM B. ZENIL, OBRA GRAFICA. Fine Art Gallery. University of Southern Colorado, E.U.A. estas últimas dos en el año de 1999, NAHUM B. ZENIL. OBRA 1975-2005. Museo Universitario del Chopo, México, DF. Homenaje por su trayectoria artística en el marco de las XIX Semana Cultural Lésbica-Gay. En 2006, entre múltiples exposiciones que ha presentado en varias partes del país y el extranjero. Cabe destacar que ha recibido también distinciones del INBA, FONCA, ISSSTE, Instituto Mexiquense de Cultura, Instituto Veracruzano de Cultura, entre diversos premios, menciones y participaciones.

Antecedentes de las dinámicas de exclusión e inclusión en el arte y la relación con Nahúm B. Zenil.



¿Por qué es importante tratar el tema de las mujeres, el arte popular, la homosexualidad y su relación con el arte en este apartado?, la respuesta es que Nahum Zenil trabaja con estos temas tejiendo una trama compleja. Por un lado, Zenil nunca le teme a la feminización en sus pinturas, retoma elementos iconográficos del arte popular indígena y explora su sexualidad a través de su obra, circunstancias por las que creo pertinente recurrir a estos contenidos como parte introductoria, revelando de esta manera su consolidación como un artista que rompe con fuertes esquemas en la cultura mexicana.

La Historia del Arte tradicional occidental apegado al paradigma europeo tiene un origen esencialmente patriarcal, machista y excluyente . Ejemplos de esta aseveración son las mujeres, quienes podían ser cantantes de ópera, bailarinas, actrices, musas que incitan a la inspiración o modelos para los artífices masculinos, pero difícilmente podemos traer a la mente nombres de mujeres arquitectas, escultoras o pintoras antes del siglo XX. La mayor apertura se generó con el surgimiento de las vanguardias que abrirían espacios para artistas mujeres en el ámbito de la pintura. No es el hecho de que no hayan existido mujeres capaces, sino que culminaban relegadas u olvidadas por los historiadores del arte, que no reconocían en las mujeres la correspondencia con el imaginario del “genio creador”, cuyo paradigma era necesariamente masculino.

La antropóloga Cristina Soler García afirma “La supremacía del varón en la producción artística, como en otros campos de la cultura, ha vedado el acceso a la mujer al arte y oscurecido sus logros” . Varias voces podrían aseverar que hoy en día podemos conocer una extensa cantidad de mujeres artistas, sin embargo pintoras como la hija de Tintoretto; Marietta Robusti (1554/60-1590), Suzanne Valadon (1837-1938), Paula Modersohn-Becker (1876-1907), entre otras más, no son conocidas y tampoco reconocidas como los artistas masculinos de sus tiempos, quedando fuera del sistema legitimador del arte. La reivindicación de las mujeres llegó hasta que fueron investigadas y rescatadas por los estudios de género del movimiento feminista, quienes se decidieron a mostrar la capacidad y participación de la mujer en el campo de las expresiones estéticas como la pintura, que le habían sido negadas por el simple hecho de haber nacido mujer.



Este silenciamiento en el campo artístico no fue exclusivo de las mujeres, también de pueblos y culturas que han intentado defender sus tradiciones estéticas. Francesca Gargallo que reflexiona en relación a un pueblo originario de México, explica “los guarijíos, un pueblo del noroccidente de México…(son) tendientes a la invisibilidad de la presencia física y cultural en los medios de comunicación, la descalificación de las artesanías frente al “arte”. Este grupo es un ejemplo del desgastado discurso intelectual que se aferra a jerarquizar las expresiones estéticas de otros pueblos que no respondan al paradigma y reglas del arte eurocentrista, clasificándolas como artesanías.

Un caso específico y que servirá como preámbulo es el complejo proceso de valoración actual respecto a la obra de arte a partir del contenido y la temática, es la identidad genérica, excluida en el arte a partir del contenido de las producciones artísticas; el contenido sexual. En el caso de Nahum B. Zenil; los desnudos, la representación explícita del pene y el homoerotismo. Varios autores han escrito acerca de la homosexualidad de pintores, escritores, bailarines, entre otros, pues el arte durante un buen tiempo se mantuvo como una zona de seguridad y confort para estos individuos, ya que su valoración y aportaciones culturales eran consideradas sumamente importantes y apreciadas como en el caso de Miguel Angel, Da Vinci, Oscar Wilde, Bacon, entre otros.

A pesar del alto reconocimiento en los círculos de poder intelectual, en las sociedades occidentales se había construido un tabú en relación a tratar temas acerca de la orientación sexual, por lo que incluso hoy en día, los sectores moralistas les causa fuertes reacciones dialogar acerca de la sexualidad de los artistas, que si bien resulta políticamente incorrecto entrometerse en la vida privada, también definió de manera determinante la exclusión, el hostigamiento, la discriminación e incluso el asesinato o fuertes condenas en sociedades en las que se consideraba un delito no ser heterosexual, como en el caso de Da Vinci u Oscar Wilde que fueron acusados de relacionarse sentimental y sexualmente con jóvenes.

Con estos antecedentes quiero presentar el caso de uno de los artistas mexicanos homosexuales que logró en los 80 exponer sus obras en una época compleja de la historia en México: Nahum Zenil, cuyo trabajo en México ha sido un referente emparentado a las expresiones relacionadas en el imaginario social como “arte gay”, categoría cuestionable, ya que surgen muchas preguntas: ¿qué hace gay una obra?, ¿si el autor es homosexual, la obra también entra en la nominación de arte gay?, ¿se puede clasificar la homosexualidad de una creación?, ¿las representaciones figurativas de arte homoerótico otorga una identidad u orientación sexual a una pintura, una escultura, etcétera?, en fin… Lo cierto es que el arte también ha logrado ser un referente para la construcción de identidades, siendo las expresiones estéticas resignificadas y apropiadas en este caso como parte del discurso del “arte gay”, aunque en la historia del arte Nahum Zenil sea identificado con el neomexicanismo. A partir de ahora me limitaré a asuntos más precisos relacionados a la obra de Nahum Zenil.