martes, 21 de junio de 2011

Conclusiones

El contexto en que Nahúm Zenil inicia a pintar es sumamente complicado: la crisis del sida que refuerza los estigmas contra homosexuales en los 80, aunque curiosamente es cuando se promueven eventos culturales y artísticos lésbico-gays, procesos fuertes de cambios económicos, políticos y sociales en el país, su historia personal y la búsqueda de un espacio en este mundo, lo incitan a crear pinturas con un juego de elementos lúdicos, personales, apegados a la construcción de la mexicanidad, irreverentes y rebeldes ante muchas instancias e instituciones culturales.

Nahúm B. Zenil, propone en su obra la apertura de nuevos discursos estéticos, en relación al contenido y la temática, partiendo del autorretrato como eje y referencia para todas sus pinturas. Zenil es provocador, luchador, imaginativo, soñador, introvertido y creativo, o al menos es la sensación que me deja mirar sus pinturas. Sus creaciones contribuyen de forma esencial a la construcción de referentes históricos, sociales, culturales, políticos y económicos en los acontecimientos del México contemporáneo, que se distingue por la diversidad y riqueza de los lenguajes artísticos.




Zenil es indudablemente un talento mexicano con una propuesta impactante, que si bien resalta la composición, los elementos y la iconografía de su obra, la subversión que manifiesta al representar los temas que le importan sin detenerse en los discursos moralistas, provoca en los espectadores el gusto o disgusto por la obra, evitando la neutralidad ante los temas tratados. Al apropiarse y resignificar elementos relacionados al imaginario cristiano católico, la diversidad sexual, referentes nacionalistas, entre otros, genera una hibridación compleja de imaginar, pero fácilmente creada por él en sus cuadros.

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