martes, 21 de junio de 2011

Iconografía y descripción plástica de la obra de Nahum Zenil.

A primera vista, en las obras de Nahum Zenil podemos percatarnos de una paleta de colores que van desde los ocres, variantes de rojos, rosas, diferentes tonalidades de blanco y un uso de las sombras muy peculiar, pues nunca intenta llegar al realismo en sus pinturas. Cabe señalar que el verde y el azul no son colores que resalten en sus producciones, sino que aparecen de forma muy tímida y escueta, casi imperceptible.

Si pudiéramos estar en una sala tapizada de las pinturas de Zenil, nos percataríamos de inmediato que el manejo de la sexualidad como parte del contenido es explícito y constante, pues muestra de forma abierta y tajante su orientación sexual. Jaime Álvarez al respecto explica “(Nahum Zenil) es de los artistas plásticos más importantes de México. Es característico por su obra auto retratista, nos muestra de manera abierta su homosexualidad, tan rechazada en México, y su manera tan personal de vivir su propia sexualidad” . Es común encontrar en las obras de Zenil, relaciones directas sin ningún fingimiento de la sexualidad masculina y la representación explícita del pene (fig. 1, 2 y 3). Luis Morett declaro al respecto del erotismo y la sexualidad de la que hace gala el autor: “En la obra de Zenil destaca la capacidad para sintetizar, a partir de su propia vida, las inquietudes del alma avasallada por los prejuicios de la norma, develando la esencia que engarza religión con erotismo, virtud con transgresión, mito con historia” .






Bajo esta línea de la representación de su orientación sexual (fig. 4, 5 y 6), donde ciertamente manifiesta sin ningún disfraz u ocultación su afinidad genérica, no se puede reducir como la esencia del complejo imaginario iconográfico que Zenil plasma en su obra.






Zenil implementa en sus pinturas el manejo de la niñez y los vínculos con la idea de familia, en los cuales con su tendencia autorretratista se manifiesta como el protagonista; mujer u hombre adulto, niña, niño, adolescente, virgen o simplemente todos los rostros de los personajes son él mismo (fig. 7, 8 y 9). Referente a los autorretratos y el protagonismo evidente en sus pinturas “Nahum B. Zenil comenta que en su obra predominan el gusto y el placer, aunque haya algún resabio de dolor. Sin embargo, admite que en su producción pictórica él es el personaje central y casi único” .





Uno de los temas alusivos en la obra de Nahum Z. es el nacionalismo. Representado mediante la utilización de símbolos patrios como la bandera y sus colores específicos o bien el arte popular mexicano, caracteres por lo cual ha sido alineado a la corriente del neomexicanismo como Julio Galán, Germán Venegas, Rocío Maldonado y algunos más.





Anexo las imágenes de las pinturas que contienen el uso de banderas (fig. 10 y 11), juguetes tradicionales mexicanos (fig. 12) y el uso de los arquetipos tradicionales de las calaveras de Guadalupe Posada (fig. 13).




Al respecto del contenido de lo “mexicano” Morett Alatorre explica “El sustrato de la iconografía, tan personal como mexicana, inconfundible, junto con su enorme y ensimismado talento, han hecho de Nahum B. Zenil uno de los más destacados creadores del arte contemporáneo de México” . Jaime Álvarez agregaría al respecto: “En su plástica encontramos raíces del arte popular mexicano, ya que su obra está llena de elementos populares –máscaras, los colores, las flores, sillas rústicas, marionetas”.
Las temáticas iconográficas de la obra de este autor también abarcan la temática religiosa, donde destaca la virgen de Guadalupe (fig. 14), el niño dios (fig. 15)




ángeles (figs. 16, 17 y 18)





o alusiones a las figuras sacralizadas del cristianismo católico (figs. 19, 20 y 21). Es interesante como logra hacer dialogar y sincretizar los íconos del cristianismo con el tema de la sexualidad. Al respecto Zenil declara: “la religión y el erotismo van muy de la mano en mi obra. Yo creo que son dos de las cuestiones que más me ha interesado” . De esta manera Zenil busca desintegrar el rechazo religioso por la diversidad sexual, mediante la politización de sus temas, transgrediendo en sus obras la lucha entre la moral religiosa y el placer sexual.





Otra cuestión abordada en el ámbito religioso y que merece un apartado especial es la representación pictórica de San Sebastián, sumamente explotada por los artistas homosexuales que tratan el tema de género. Este santo es un rebelde en el Imperio Romano, mártir del catolicismo, estereotipo de belleza masculina y piedra de tropiezo que incita al camino del pecado a las monjas, icono sadomasoquista y afiche gay, al respecto María Gainza explica:

“San Sebastián, un baby-face de torso desnudo y piel blanquísima que, atado a una antigua columna, se retuerce como un alambre mientras las flechas se hunden en su carne. Desde el Renacimiento hasta el siglo XX –cuando se irguió como santo patrono de la comunidad gay–, la imagen fue explorada por los artistas como excusa para una investigación sobre la anatomía humana (su iconografía construyó e inmortalizó una nueva belleza masculina) y, a la vez, como símbolo de la agonía y el éxtasis […] Y lo más curioso es que este icono homosexual emerge desde el corazón mismo del cristianismo, el antagonista histórico y más feroz del deseo entre personas del mismo sexo”.

El fenómeno iconográfico que se genera como un juego dentro de la apropiación de símbolos en relación a San Sebastián y la representación de Nahum Zenil (fig. 22, y 23) no es nueva, esto ya había ocurrido con el mito de Zeus y Ganimedes que relataba el rapto de un joven príncipe troyano por parte del dios griego para hacerlo copero de los dioses y su amante. Existen una numerosa cantidad escultórica, fotográfica y pictórica con este hito. Posteriormente la representación pasó al cristianismo al evocar a Zeus con su animal definitorio; el águila, pasando al cristianismo como una representación de la salvación del alma. Sin embargo su alusión fue sumamente utilizada como un código secreto para significar el amor entre dos hombres a lo largo de la historia del arte. Es el mismo efecto que ha pasado con San Sebastián y por lo cual Nahum Zenil lo retoma en su trabajo estético, sumándose al reconocimiento iconográfico como homosexual declarado.




Otra representación que cabe destacar y que tiene un peso muy fuerte en la producción de Nahum Z. es la incautación de la figura de Frida Kahlo (fig. 24, 25 y 26), que aparece como un referente de admiración y respeto. Cabe mencionar que todo indica que las múltiples representaciones de los corazones que existen en las pinturas de Zenil, es una expropiación simbólica de este elemento pictórico de las creaciones de Frida Kahlo, que a la vez parecen ser inspiradas por el “sagrado corazón de Jesús”.



5 comentarios:

  1. ¡Qué hermosura de pintura! ¡fascinante! Si fuera rico adquiriría algunas pinturas de este grande maestro de la pintura mejicana.

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  2. Esto expresa tanta degeneración, homosexualidad, vanidad, egocentrismo, narcisismo y mas porquería :)

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  3. Esto expresa tanta degeneración, homosexualidad, vanidad, egocentrismo, narcisismo y mas porquería :)

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